El regalo del tiempo
Su mayor legado ha sido el «trabajo bello» del que depende la compañía y el valor de romper con los límites de lo imposible, que se encuentra en los intereses de la marca, desde su relojería hasta el apoyo de sus Testimoniales y socios que representan la consagración.
Al transmitir su filosofía a Rolex, ha dejado un profundo sentido de continuidad, un enfoque excepcional en el largo plazo, en un mundo centrado en la inmediatez. Una filosofía que reside en cada reloj Rolex —creado para perdurar.
Wilsdorf falleció en 1960, pero el espíritu y los valores que ha infundido en la compañía perviven. Pertenecen eternamente a Hans Wilsdorf. Son Perpetual.
Con los años, la relojería representó algo más que un negocio. En su búsqueda de la perfección, quería ofrecer nuevas posibilidades y compartirlas. Sintió el impulso de crear un mundo mejor.
En la actualidad, el legado de Hans Wilsdorf continúa de manera perpetua —como sus relojes automáticos. Wilsdorf se aseguró de que las ganancias de Rolex se utilizaran como una inversión continua en las generaciones venideras.