Una búsqueda compartida de la precisión
Situarse en espacio y tiempo, trazar un rumbo y ceñirse a él son cruciales en navegación. Dada su función, el reloj es una herramienta esencial para que los navegantes evalúen su posición. Considerados como los instrumentos relojeros más precisos del mundo, los cronómetros marinos han sido certificados por observatorios astronómicos desde el siglo XVIII. El Observatorio de Kew en Gran Bretaña era la máxima autoridad en precisión cronométrica en aquel momento.
En 1914, el fundador de Rolex, Hans Wilsdorf, envió uno de los relojes de la marca para someterlo a pruebas por este observatorio, que lo certificó como cronómetro: una primicia en un reloj de pulsera en el mundo de la relojería. Desde entonces, navegantes de renombre, como sir Francis Chichester y Bernard Moitessier, se han hecho a la mar con relojes de pulsera Rolex en la muñeca como cronómetros de a bordo.