Hermeticidad en aguas heladas
Revolucionaria por ser perfectamente hermética, la caja Oyster de Rolex fue puesta a prueba unos años después de su lanzamiento por un famoso explorador durante una expedición a Groenlandia.
El polvo y, sobre todo, la humedad, pueden causar daños irreversibles en el interior de un reloj y comprometer su misión de dar la hora. Por este motivo Rolex desarrolló la caja Oyster a iniciativa de su fundador Hans Wilsdorf, quien estaba convencido de la necesidad de tal invento. Perfectamente hermética, se patenta en 1926. Para asegurarse de su hermeticidad en cualquier situación, Rolex confía con regularidad relojes con caja Oyster a exploradores y exploradoras que los ponen a prueba en condiciones reales. El explorador polar Henry Georges «Gino» Watkins llevará consigo varios relojes Oyster durante una expedición a lo largo de las costas de Groenlandia entre 1930 y 1931. A su regreso, comparte con Rolex su admiración por estos relojes que se han visto sumergidos en reiteradas ocasiones durante su periplo y han continuado funcionando a la perfección a pesar de todo.